Una escena que viola las tradiciones tiene lugar el Día del Padre, en la cocina. La suegra, esperando a que su marido vuelva a casa, empieza a abrazarse y a follar con su hijastro/hija. El suegro luego la sigue para unirse, saliendo un poco del tabú y convirtiéndose en placer en un negocio familiar pervertido.