Una hermanastra de Carolina da un renacimiento pecaminoso, y Carolina se deleita como el personaje, anhela una dominación de su padrastro. Él tiene las manos sin pulir y un estilo de habla abrasivo, lo que lo hace causarle sensaciones tan apasionadas que se queda sin aliento. La parte prohibida lleva a un sexo rudo y alcanzar el clímax en forma de mamada.