El hijastro decide provocar a su nueva madrastra y la hace recurrir a una tabla Ouija para hablar con un fantasma. Cuando ella está absorta, él le da un buen y malo orgasmo a través de un intenso juego anal. Los dos continúan con su sesión de sexo en un ritmo jadeante con Kate girando sobre su espalda mientras el hombre la penetra por detrás en posición de vaquera.