Siguiendo el apasionado acto de amor, mi hermanastra y yo soltamos miradas acaloradas el uno hacia el otro y comenzamos a hacer el amor. Tal belleza con curvas llenas y suaves me dio una sensación de escalofríos. Sediento, fui a la parte más profunda para reabastecerla y servirla hasta el punto de hacerla sentir mucha alegría.